Desde el inicio de la pandemia por COVID-19, la India ha registrado 30.663.665 contagios y 404.211 muertes relacionadas con el coronavirus. La primera ola, con un confinamiento muy estricto, generó una situación de desamparo y hambruna en las comunidades más pobres del país. La segunda, mucho más dura, puso en jaque el sistema sanitario indio y ha dejado cientos de miles de contagios y superado las 4.000 muertes diarias. En las últimas semanas se han reducido tanto el número de muertes como de contagios, pero aún así la variante Delta sigue impactando con mucha fuerza y es imprescindible seguir trabajando para paliar los efectos de la enfermedad.
La ONG Sonrisas de Bombay trabaja, desde 2005, con las comunidades más vulnerables del país con el objetivo de erradicar la trata de personas y promover el acceso a la educación y a la salud para lograr alcanzar un desarrollo sostenible de la zona. Con la llegada de la COVID-19, la entidad está multiplicando esfuerzos para hacer frente a la situación, focalizándose en la atención sociosanitaria y en el abastecimiento de hospitales y centros de cuarentena. Además, también están llevando a cabo una importantísima labor de sensibilización en las comunidades más pobres, informando sobre las medidas de prevención frente al virus, con el fin de evitar contagios.
Desde la Fundación Alimerka hemos decidido colaborar con Sonrisas de Bombay, que ha sido finalista en ediciones anteriores de nuestros Premios Luis Noé Fernández, con una ayuda que ha sido destinada a la adquisición de 30 camillas para poder desplazar a los pacientes enfermos del hospital Bkc Covid Centre. Sonrisas de Bombay comenzó a proveer de material sanitario a siete hospitales públicos y ya son más de diez los que están pidiendo ayuda para poder cubrir todas las necesidades materiales que se están encontrando debido a la emergencia. Con la adquisición de estos materiales se prevé que puedan ser atendidas más de 5.000 personas.