La delicada situación socioeconómica de Haití previa a la pandemia provocó que la capacidad de respuesta del país ante la crisis haya sido muy limitada. Con más del 40% de la población en estado de inseguridad alimentaria (datos de principios de 2020), el papel de entidades como Entreculturas ha sido clave para hacer frente a la grave situación derivada de la COVID-19. Las medidas de prevención, distanciamiento social e higiene son muy complicadas de seguir en un país en el que tan solo el 12% de los hogares tienen acceso a agua. Además, la mayor parte de las personas viven al día y para muchos niños la única comida diaria es la que reciben en el colegio. Con el cierre de las escuelas, este aporte alimentario desapareció, y la falta de ingresos de las familias derivó en situaciones de extrema vulnerabilidad.
Para hacer frente a esta situación tan compleja, Entreculturas puso en marcha un «Plan de respuesta» que fue apoyado por la Fundación Alimerka a través de una ayuda de cooperación extraordinaria. El plan se divide en tres líneas de actuación:
- Prevención sanitaria: distribución de kits de higiene y protección individual (jabón, mascarillas, etc.).
- Seguridad alimentaria: distribución de kits de alimentación (arroz, frijoles, maíz, aceite, azúcar, galletas, pasta, sal) para las familias de las comunidades en las que trabaja Entreculturas.
- Educación sanitaria, sensibilización y acompañamiento psicosocial (información sobre el virus, prevención básica dirigida a niños, acompañamiento emocional y espiritual, boletín semanal vía WhatsApp con información actualizada, etc.).
Fundación Alimerka y Entreculturas, unidas desde 2016 para apoyar a las personas refugiadas
La colaboración entre ambas entidades se inició ya en 2005, mediante una campaña de recogida de teléfonos móviles para su reciclado y venta de componentes. Pero fue en 2016, con la puesta en marcha por parte de la Fundación Alimerka de una línea de apoyo a personas refugiadas, cuando se afianzó la relación. Desde entonces se han apoyado cinco proyectos de educación, higiene y salud femenina y asistencia médica dirigidos a la población refugiada en Burundi, Zimbabue, República Democrática del Congo y Sudáfrica.